Huevos fritos.

19.8.07

Cinco treinta de la mañana y como cada mañana el olor a huevos fritos, butifarra, jugo de naranja y café inunda la casa en una perfecta armonía de color; el usual buenos días para mi princesa irlandesa: el amor de mi vida, mi esposa.

Faltarán 5 minutos para que radiante, baje la escalera y juntos nos sentemos a desayunar, así que tengo suficiente tiempo para prender otro cigarrillo y escuchar todo aquello que las columnas de humo me quieran contar.

Hoy, hace 50 años vi por primera vez a aquella mujer que me robó el aliento, la primera persona que me hizo ver que en el mundo había mas que hombres y mujeres pues en ese pequeño cuarto había un ángel y yo, a su lado, no era mas que un niño.

Después de 50 años de mañanas de huevos fritos y jugos de naranja te digo lector. La rutina no es la enemiga del amor, sino el amor mismo disfrazado de detalles.

Es la expresión de un te amo en cada segundo del día, es cuando el alma entiende que la aventura no viene del mundo en que vivimos sino en el infinito viaje que nos presenta la dimensión paralela que se sienta cada mañana al otro lado de la mesa a disfrutar del universo dentro de una yema de huevo.

El humo esta mañana me contó un secreto y es que éste será mi último día junto a ella; esta noche moriré.

Me sentaré en mi sillón como cada día y viviré mi máxima aventura escuchando las noticias como siempre y secretamente veré a mi princesa trabajar.

Y así, en silencio, partiré.

Solo un consejo les dejo y es que si se ven incapaces de leer lo que les cuenta el humo…¡No fumen!

3 comentarios:

xdianaxprbx dijo...

Lindo Blog
buenos textos sniff sniff



mil saludos!

kik el geek dijo...

Llevo muchos días dándole vueltas al tema, masticando el sabor agridulce de la muerte en mi vida.
Llevo, más bien, quince años con el hilo de la muerte en mi mano derecha; ocho años con la tarea (a la que me obligo), de leer el humo, y también mantenerlo en silencio.

Ya leerás mi próxima entrada. Me dio mucho gusto encontrarnos por aquí.
Te dejo besos!

Lucheto dijo...

lo malo es que no se leer ni el humo ¡ni el cafe!

sin cigarros y sin cafe para mi